El ser humano es un animal plenamente social que necesita de sus iguales para desarrollarse convenientemente. Las redes sociales de apoyo son imprescindibles, pero el cambio en nuestro modo de vida ha supuesto que muchas personas encuentren que su apoyo es deficitario.
En temas familiares este problema se hace más patente. Vivimos en una sociedad individualizada que corre mucho. Los edificios están llenos de familias, pero cada una está encerrada en su propio "mundo". El núcleo familiar, por diversas razones, ha tendido a reducirse, por lo que en muchas ocasiones una familia está compuesta de los padres y los hijos. Los abuelos, los hermanos, a veces los amigos, están lejos y en el día a día, una madre que cría a sus hijos, se encuentra sola.
Históricamente, las mujeres de diferentes generaciones han vivido cerca las unas de las otras y han asumido la crianza y la educación de los niños como un proyecto común. Mujeres experimentadas, madres, tías, abuelas, han guiado a las demás y mujeres que se han encontrado en situaciones similares al mismo tiempo, han podido apoyarse entre ellas.
Hoy, ese círculo de sabiduría femenina, lejos de desaparecer, se ha transformado convirtiéndose en los diferentes grupos de apoyo a la maternidad que existen a lo largo de todo el país. Mujeres sabias, fuertes y empoderadas han conseguido crear comunidades, familias enteras de mujeres que luchan por vivir su maternidad de forma consciente y feliz.
En estos grupos se respira paz y amor, ganas de ayudar, empatía y la posibilidad de expresar libremente los sentimientos. Mujeres desconocidas se convierten en madres, amigas y hermanas y todas ellas juntas se empoderan sacándole el máximo jugo a su condición de madre y mujer.
Son lugares mágicos al alcance de cualquier mamá que pueda necesitarlo y una gran proyecto que crece más y más.
No dudes en buscar alguno cerca de donde vives, la experiencia vale (muchísimo) la pena.
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