18 de mayo de 2014

¿Y TÚ QUIÉN ERES?

Estoy echando un vistazo a la mil imágenes que a diario podemos encontrar de madres con sus bebés. Anuncios de madres sonrientes, absolutamente enamoradas de sus hijos, mostrando un amor incondicional e inmediato por ellos.

He oído miles de veces cosas como estas: "Nada más nacer, con sólo verlo, lo quise", "Me enamoré de él cuando supe que estaba embarazada", "El instinto maternal surge de inmediato, cuando te lo ponen en los brazos"


Pero, ¿es esa la realidad?, ¿todas las madres sienten de inmediato ese amor?


¿Y si no es así? 

El sentimiento de culpabilidad es terrible: "¡Soy una mala madre, un monstruo horrible!"

Nada más lejos de la realidad

La maternidad es un momento de cambio, una crisis vital, una transición donde nuestra vida cambia, todo es nuevo. Desconocemos cuál es nuestro papel, cómo debemos de actuar y nos dejamos llevar por aquello que se espera de nosotras, por esa imagen de madre enamorada de su hijo que nos han grabado a fuego a lo largo de la historia.

Pero ¿por qué tenemos que saber, de repente, con sólo chasquear los dedos, cómo ser madres?

Has gestado a ese hijo, lo has soñado, imaginado miles de veces, pero ahora que lo tienes en tus brazos, que lo acunas y miras sin cesar, te das cuenta que es un absoluto desconocido para ti. Ese niño que habitaba en tu mente, ahora es real, está aquí y no sabes quién es, aún no lo conoces. "¿Cómo lo voy a querer, si no sé quién es?"

El vínculo que se forma entre una madre y su hijo es un proceso relacional que necesita tiempo. Tiempo que dependerá de cada persona, porque cada uno es él y sus circunstancias propias. No existen guías, ni verdades absolutas, tan sólo cuenta el proceso individual de cada uno.

Olvídate, pues, de los dichos, de la sabiduría popular, de "lo que debería ser". Rechaza los sentimientos de culpa y disfruta del proceso de conocer a ese niño, permítete crear esa relación, poco a poco, con calma, con paciencia. 

Y sobre todo, escuchándote a ti misma, creando y formando ese nuevo rol que es ser madre. Reconociendo tus propios sentimientos y disfrutándolos al máximo.

Permítete el tiempo que necesites para conocer y querer a tu hijo.



2 comentarios:

  1. Muchas gracias por esto. Muchas mujeres nos sentimos así al convertirnos en madres por primera vez, pero no nos atrevemos a decirlo en voz alta, pues parece que estás cometiendo una herejía al no "enamorarte" de tu hijo en el minuto 1. A mí me ocurrió y me sentía la peor madre del mundo, pues nadie me había dicho que no ocurren así las cosas. Gracias por explicarlo. Me gustaría tener más información sobre el tema.

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  2. ¡Hola! En primer lugar, muchas gracias a ti por leerme y por ser tan valiente y contar tus sentimientos en voz alta. Seguiré escribiendo sobre esto, pues eliminar tabúes que a lo largo de la historia se han ido grabando sobre la maternidad,da para largo. Lo que cuento en el artículo le ocurre a muchas mamás primerizas y también a las que repiten con un segundo hijo, un tercero...pero permanecen calladas, como si fuera algo horrible, en cambio el vínculo entre madre-hijo, es como cualquier otro, necesita de tiempo.
    Existen grupos de madres en casi todas las localidades, te invito a que busques uno cercano y si quieres, puedo ayudarte y mandarte direcciones.
    Desde aquí invito a todas las mamás que se sintieron así, a que lo cuenten aquí y compartan sus experiencias. Empoderémonos y demostremos que no estamos solas.
    Muchas gracias y te envío un cariñoso abrazo

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