"No existe ningún lugar mejor que los brazos de mamá".
Seguro que no soy la única que a pesar de mis "taitantos" disfruta de cuando en cuando de apoyar la cabeza entre los pechos de mamá y sentir que ahí nada malo puede ocurrirme. Y es que ese olor que ella desprende, sin conservantes ni aditivos, me transporta a los principios de nuestra unión única y maravillosa.
Ella me alimentó con su leche y en sus brazos, mientras me acunaba, establecimos un vínculo especial e irrompible a pesar de los años, de las adversidades y de los mundos diferentes en que hoy día nos movemos.
Lactar, me cuenta ella, fue algo tan natural como respirar a pesar de haber nacido en un momento clave para la revolución femenina, donde muchas mujeres confundieron libertad con dejar de amamantar. Muchas se deshicieron del sujetador, de la faja, de los buenos modales y salieron a las calles biberón en alza como símbolo del fin a tantos años de machismo represivo.
Sé que aquella fue una lucha necesaria para el reconocimiento de la mujer y no puedo negar su mérito, pero en el proceso apareció una lucha contra la condición de mujer, contra la condición de ser madre, y ahora esa lucha trata de cambiar las tornas recuperando lo perdido en el camino.
Como en lo que a crianza se refiere, en torno a la lactancia materna existen un montón de mitos, de dichos populares y, tras esto, en ocasiones reside ignorancia y, en otras, el no querer saber.
Algunas veces son los profesionales sanitarios los que no disponen de la correcta información y guían mal a madres que confían en ellos. Recrimino esta actitud, pues creo que es su responsabilidad velar por el bienestar de sus pacientes y estar actualizado en lo que a su trabajo se refiere. Otras veces una suma de desafortunadas situaciones llevan al fracaso de la lactancia materna, A veces por falta de apoyo, por cansancio, por recibir demasiadas críticas...
Razones de salud física para amamantar a un bebé hay muchas, pero, por si esto aún no resultara suficiente, hoy quiero comentar, aunque ya existan más artículos y estudios que han hablado sobre el tema, seis beneficios psicológicos que la alimentación natural puede aportar tanto a los bebés como a las mamás:
1- El bebé se siente seguro en brazos de mamá, reconoce su olor, su voz y desde allí aprende sobre el mundo exterior sin estrés, favoreciendo la futura independencia del niño.
2- El sistema sensorial del bebé, inmaduro tras el nacimiento, se desarrolla naturalmente a través del contacto piel con piel con su madre.
3- La díada madre-hijo se crea con mayor facilidad fomentando el conocimiento y la comprensión entre ambos, por lo que el reconocimiento de las señales del bebé se instauran fácilmente.
4- Favorece el correcto desarrollo cerebral y del sistema inmunológico del bebé.
5- En la madre se produce un aumento de la producción de oxitocina, conocida como "hormona del amor" que ayuda a continuar produciendo leche y a establecer el vínculo con su bebé.
6- La autoestima de la madre aumenta o mejora y ayuda a empoderarse y a actuar como ella cree a pesar de las críticas recibidas.
En esta semana de la lactancia materna, animo a todas las mamás que amamantan a sus hijos a sacar pecho con orgullo, a callar bocas mal-intencionadas y a coger las riendas de sus vidas con fuerza, pues tras su sabia decisión tienen el apoyo de la investigación en salud física y mental.