2 de junio de 2014

LACTANCIA MATERNA: SÍ, PERO ¿Y SI NO PUEDO?


Está claro y demostrado que la lactancia materna es altamente beneficiosa tanto para la madre como para el bebé y que aquellas madres que luchan por una crianza natural, basada en el apego, la defienden con todas sus fuerzas. Y no sin razón, al contrario, pues de ser posible, dar el pecho a un hijo es la forma más sana y natural de alimentarlo.

La lactancia materna es económica, mucho más barata que la leche de fórmula, es cómoda, pues no tienes que prepararla ni llevar biberones, ni agua mineral, es beneficiosa para el cuerpo de la madre, pues ayuda a que el cuerpo "vuelva a su sitio" tras el parto, favorece el vínculo entre madre e hijo y un sin fin de beneficios más. Todos estos puntos a favor de la lactancia materna, son innegables.

En un mundo ideal, todas las madres que desean con todas sus fuerzas dar el pecho a sus hijos, lo harían, la lactancia se implantaría de forma natural, sin incidentes y todas estarían felices con sus hijos al pecho.

Pero existen situaciones en las que la lactancia no es posible. Razones varias, individuales, diferentes, pero todas ellas tienen en común la misma consecuencia: sus bebés tendrán que ser alimentados con leche de fórmula.

¿CÓMO SE SIENTE UNA MADRE QUE NO PUEDE DAR EL PECHO A SU BEBÉ (Y ELLA QUERÍA)?

Cuando una madre que cree firmemente en criar a sus hijos con apego, que ha pasado el embarazo planificando el tipo de crianza que quiere aplicar, que ha leído y re-leído sobre lactancia, que conoce los beneficios, que se ha imaginado a ella misma dando de mamar,  encuentra que no puede hacerlo, se ve inmersa en un cúmulo de sentimientos devastadores que merman su autoestima, pues se siente incapacitada, negada como madre, fracasada por no poder alimentar a su pequeño. Se siente aterrada con sólo pensar que al no darle el pecho, su relación con el bebé no será buena, piensa que no podrá crear ese vínculo que sí tienen las madres lactantes y que se ha quedado sin la posibilidad de disfrutar de unos de los pilares fundamentales en la creación del vínculo materno filial. Se siente asustada, frustrada y profundamente desorientada. Sus planes de tantos meses, han caído en picado. Se siente ansiosa, triste y presionada por su entorno.

Un torbellino de sentimientos negativos le acechan, aunque seguramente calle, suspire y no lo cuente a su entorno.

Esta presión y algunos mitos están haciendo mucho daño a mamás que quisieron amamatar y no pudieron.

¿ES POSIBLE CREAR UN BUEN VÍNCULO CON MI HIJO SIN LACTAR?

¡Por supuesto que sí!

La relación que se crea entre una madre y un hijo no depende exclusivamente de darle el pecho, sino de la actitud que se muestre hacia ese niño, de la calidad de la relación. 

Hay muchas y diferentes formas de favorecer ese vínculo y todas ellas pasan por dedicarle tiempo y amor al niño.

SEIS COSAS QUE PUEDES HACER PARA FAVORECER EL VÍNCULO CON TU BEBÉ. 

1. Cuando le des el biberón. Alimentar al niño, sea cual sea la forma, implica acunarlo en tus brazos, aunque le des biberón puedes colocarte al niño sobre tu piel desnuda, sobre el pecho, llevando a cabo la práctica "piel con piel". Durante los primeros meses, es muy aconsejable que seas tú, su madre, la que lo alimente, pues si le dieras el pecho nadie podría sustituirte. La alimentación debe darse a demanda, sin horarios fijos y según las necesidades propias del pequeño. Esto te ayudará a conocer mejor los gestos, el llanto...y en definitiva a interpretarlo, mejorando, por ende, vuestra relación. 
Sobre todo, disfruta de esos momentos porque son exclusivamente vuestros.


2. Contacto físico. El vínculo no se crea ni se fortalece sólo en la alimentación, cualquier momento es bueno. Tu bebé disfrutará de tus caricias cuando lo bañes, cuando lo acunes para que se duerma, cuando le cambies...Por ejemplo, un buen ejercicio es practicar el masaje infantil un par de veces al día cuando el niño esté tranquilo (del que hablaré aquí muy pronto).
Como comenté en mi anterior artículo, "Cógelo en brazos, y mucho!, mantenerlo cerca de ti le aportará seguridad y tranquilidad lo que hará que se vincule a ti de forma positiva.



3. Practica ejercicios de yoga con él. Una buena forma de recuperarse del parto y de vincularse con el niño, es practicar ejercicios suaves de yoga que os permitirán a los dos estar en un estado de relajación y será un buen momento para acariciaros pasando tiempo juntos.



4. Prioriza el tiempo con tu bebé. Es mejor tener las manos ocupadas porque tienes al niño en brazos, que dejarlo porque tienes otras cosas que hacer. Recuerda que los meses vuelan y que las oportunidades de acunarlo irán desapareciendo. Aprovecha cualquier oportunidad para "achuchar" a tu bebé.




5. Cántale. El bebé reconoce la voz de su madre antes que la de nadie y se siente unido a ella desde el embarazo. Aprovéchala para relacionarte con él. Puedes cantarle, contarle historias, susurrarle...dale rienda suelta a tu imaginación.






6. Confía en tus instintos y olvida las críticas de los demás. La crianza con apego da lugar a muchísimas críticas. Prepárate para escucharlas y para manejarlas con cautela. Sólo tú sabes qué es lo mejor para tu familia. Disfruta de tu propia maternidad y de tus elecciones.




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