Concibo que todo aquello que envuelve y forma parte de la
crianza merece ser tratado como el tema delicado y complejo del que se trata, lo que no quiere decir que no podamos echarle humor y usarlo como herramienta.
Si has decidido criar con respeto, fomentando un apego
seguro, respetando los ritmos individuales, escuchando activamente. Si coges a
tu hijo en brazos, lo acunas, lo amamantas, lo contienes. Si tu relación con tu
hijo se basa en corregirlo en lugar de reprenderlo. Si lo porteas, si tú creces
individualmente en el proceso. Si...
Si haces todo esto y muchísimo más, gracias, porque en
definitiva, estás acompañando a tu hijo en el camino que le llevará a crecer sano física y psicológicamente.
Entonces, seguro que conoces muy bien de qué quiero hablar
hoy, pues me apetece reflexionar, y que reflexionemos, acerca de las críticas que
van dirigidas a una manera particular de enfocar la crianza. Llámese como
quiera, sea crianza natural, crianza con apego, crianza consciente..., quienes
lo lleváis a cabo sabéis muy bien de qué se trata y aprovecho, y me doy el
gusto, de no etiquetarla con un solo nombre, que nunca me hizo mucha gracia.
Las críticas, hasta siendo constructivas y
bienintencionadas, pueden resultar incómodas, hirientes y desestabilizantes (la
comunicación es así, no depende de un solo factor). Por supuesto, si la crítica
es un ataque directo, es, además, desesperante.
En el maravilloso proceso de encontrar, conocer y vivir una
maternidad/paternidad consciente, diferentes "realidades" a la tuya
siguen su ritmo y existe la posibilidad de que te encuentres ante situaciones en
las que te conviertas en objeto de crítica. Puede que estos juicios perturben tu
estado de calma y serenidad, estado que vale la pena mantener, ya que es muy
beneficioso para el correcto y armónico desarrollo de la crianza y del vínculo
familiar. Además de ser fantástico para sostener tu estabilidad emocional y
vivir consciente, libre y feliz.
Para seguir disfrutando de tu forma de criar, tienes que
estar preparado/a. Porque en la crianza, como me parece que ocurre en el fútbol,
se puede criticar todo. Tu madre, tus tías, tu suegro, la vecina, la tendera,
el del quiosco, la prima Amparito...todos tienen o han tenido hijos y por lo
tanto, experiencia. "La experiencia es un grado", dicen por ahí, por
lo que los títulos deben estar tremendamente repartidos, lo que deriva en que
todos, ¡cómo no!, pueden tener opinión u opiniones, en el peor de los casos, sobre
cómo debes criar a tus pequeños.
Las opiniones son gratis y a menudo tajantes.
Se nos olvida con frecuencia que el día a día de cada uno es
particular y sus circunstancias, pensamientos y sensaciones, son únicas. La
toma de decisiones cuando se está criando es rápida, a veces inmediata y
requiere de mucha creatividad, conocimiento y conciencia. Por supuesto, de
muchísimo amor y paciencia bien entrenada. Es difícil extrapolar con tal idiosincrasia,
pero parece inevitable, sobre todo si cualquiera puede poseer un argumento de tal calibre como es el
"a mí me funcionó" que podemos oír por doquier.
"Si yo criara al tuyo y tú al mío, todo sería más
fácil" suele decir mi madre "pero como no es posible, se hace lo que
se puede" le gusta concluir.
Y es así, desde fuera siempre parece más
fácil.
Las criticas aparecen cuando menos lo esperas y si no
dispones de recursos para salir gloriosa/o, pueden desembocar en situaciones
difíciles.
Seguro que fácilmente recuerdas alguna conversación en la
que se habló de algún concepto relacionado con la forma de criar, seguro que has observado o vivido que
a menudo viene de la mano de debates acalorados, de la defensa con garras y cuchillos de creencias y opiniones, de
verdades absolutas, inflexibles, de cabezonerías y discusiones, y de ansiedad excesiva.
Los momentos incómodos, no nos hacen bien, no nos aportan
beneficios, más bien nos provocan malestar, nos llevan a pensamientos
negativos, y nos hacen sufrir. Si no los puedes evitar, tendrás que buscar la
manera de transformarlos e integrarlos sin que te hagan daño.
La idea es que puedes anticiparte y protegerte de forma
divertida y creativa de cualquier comentario que podría perturbar el disfrute de
criar a tu hijo. Sé consciente de la situación, analiza las emociones que te
provoca, busca soluciones adaptadas y prueba.
Porque acompañar, aconsejar, compartir y apoyar son verbos
que podemos asociar sólo a algunas personas que nos envuelven, para salvar los
ataques de críticas afiladas, os traigo cinco ideas que además de ayudaros,
espero os hagan sonreír.
CINCO IDEAS PARA HACER
FRENTE A LAS CRÍTICAS SOBRE CRIANZA
1- SONRÍE. Prepárate para afrontar lo que sea con una sonrisa. Imita a los niños, ellos sonríen mucho y son muy sabios. Si te animas, además de suavizar cualquier ambiente, ¡segregarás endorfinas!
2- MANTENTE INFORMADA/O. No hace falta que pases el día entero leyendo o navegando por internet, sobre-informarse tampoco es productivo, pero no dudes en consultar lo que necesites a fuentes fiables que compartan tu forma de criar. La información te proporcionará seguridad y serás capaz de gestionar mejor las críticas sin que afecten a tu autoestima.
3- NO NECESITAS DEMOSTRAR NADA. No lo conviertas en una lucha. Ni te deshagas dando explicaciones a alguien que no te quiera escuchar. Sé selectiva con quién, cuando y cómo quieres compartir tu forma de vivir.
4- DESATA TU SENTIDO DEL HUMOR. Saca la parte graciosa de la historia. Siempre la tiene. Un chiste es, sin duda, mejor que un grito o una discusión. Recuerdo cuando viví una situación bastante incómoda donde el hipo de un bebé se convirtió en una terrible enfermedad sólo curable con un trocito de lana previamente ensalivado. La imagen resultó tan cómica que no pudo más que derivar en carcajadas y en varios momentos jocosos más tarde.
5- PON A PRUEBA TU CREATIVIDAD. Crea Frases Mágicas que te
funcionen como respuesta rápida a un ataque. Busca palabras suaves, amables, y tranquilas, pero efectivas y contundentes que te saquen rápidamente de una circunstancia tensa. Piensa que es un partido de tenis, y tus ocurrencias son las pelotas, ¡tienes que ser rápida! Al fin podrás convertirlo en un juego de rapidez e ingenio. Recuerda que quieres evitar el malestar, por lo que tienen que ser ocurrencias positivas, no buscas herir,más bien vivir conforme quieras.
No puedes evitar que te critiquen, así que,
¿por qué no reírte de ello?
Muchas gracias por haber leído este post. Os deseo muchas suerte y montones de sonrisas.